Casarse no es cualquier cosa. No lo ha sido nunca. Hay quienes lo ven como un trámite, pero para la mayoría es un día grande, de los que no se repiten. En Portela, eso lo tenemos muy claro. Y por eso no hacemos las cosas a medias.
Hay quién se agobia con la organización, con razón. Que si las mesas, el sitio, el vestido, las flores… Pero si hay algo que realmente marca la diferencia, algo que la gente recuerda (y comenta), es la comida y el salón de bodas. El catering, cuando está bien hecho, se convierte en el alma de la celebración. No es solo llenar estómagos: es crear momentos.
Y claro, ahí es donde entramos nosotros. Con base en Lantejuela, llevamos tiempo trabajando con mimo en cada boda, en cada comunión, en cada fiesta donde hay algo que celebrar. Lo nuestro no va de menús de catálogo ni fórmulas repetidas. Aquí se cocina con cabeza, sí, pero sobre todo con corazón.
Lo primero que hacemos es sentarnos a hablar. Con calma. Escuchar a los novios, entender lo que buscan, lo que no quieren, lo que sueñan. Algunos llegan con ideas clarísimas; otros están más perdidos que un pulpo en un garaje. Da igual. El punto es construir algo juntos, que tenga sentido y les represente. Que cuando la gente pruebe el primer bocado diga: “esto sí”.
Nos gusta lo nuestro, no lo vamos a negar. Sevilla tiene un sabor especial y Lantejuela aún más. Por eso usamos producto local, apostamos por lo fresco, lo de temporada, lo de verdad. Y si hay que meter un guiño moderno o algo diferente, también se hace. La tradición y la innovación no están reñidas.
Lo importante es que todo encaje. El ambiente, los tiempos, el servicio, los detalles. A veces montamos mesas de quesos, otras veces optamos por mesas de aperitivos, de dulces,… Nosotros nos adaptamos.
Y eso incluye también a los invitados con alergias, intolerancias o dietas especiales. Porque no hay nada peor que sentarte a una boda y no tener qué comer. Lo tenemos claro: todo el mundo debe sentirse cuidado. Por eso cada menú se revisa con lupa.
Nos vamos adaptando, sin perder nuestra esencia. Lo importante es que el evento refleje a quienes lo celebran. Y eso solo se consigue con atención real.
Nos han dicho muchas veces que transmitimos cercanía. Y sí, puede ser. Quizá porque somos de aquí, porque nos gusta lo que hacemos y se nota. Nos implicamos, punto. Por eso tantos clientes vienen recomendados por otros. Porque cuando algo se hace bien, se comenta. Y si se hace con alma, se recuerda.
En Lantejuela, el buen comer no es opcional. Aquí se celebra con comida, con bebida, con alegría. Y eso lo llevamos en el ADN. En Portela, entendemos que cada boda es única, irrepetible. Que detrás de cada reserva hay ilusión, nervios y muchas ganas de que todo salga perfecto.
Por eso cuidamos tanto cada paso. Desde el primer contacto hasta el último plato. No prometemos fuegos artificiales. Prometemos compromiso, sabor y un recuerdo bonito. Y eso, a veces, es más que suficiente
Salón Celebraciones Portela & Catering
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